Para este maratón de Madrid las metí 443 kilómetros en cuatro meses. Hace unas semanas empecé a tener problemas en los isquios y mi 'fisio' me preguntó si había cambiado de calzado. Y no lo había hecho, pero debería. Encaraba el kilómetro 35 del Maratón de Madrid 'volando'. Unas buenísimas sensaciones, ritmo y tiempo y entonces la rodilla hizo chof. Un dolor similar al que ya había sentado antes. Punzante a la altura de la rótula y más fuerte cuesta abajo que cuesta arriba. Aquella vez fue una inflamación de la 'cintilla iliotibial'. Reposo, fisioterapia y cambiar de calzado... tras descubrir que era pronador.
Me tocó parar y acabar andando de la mejor manera posible. A falta de diagnóstico completo parece que con más de 800 kilómetros encima las Kayano han dejado claro que no quieren correr más. Mucho han aguantado. En el peor momento posible. Han dicho que ha sido su último baile.
PD: Contento de haber acabado pese a ser con muchísimo, muchísimo dolor, jodido de haber estado tan cerca de cumplir el objetivo y que un incidente lo evite tras tantos meses de trabajo. Toca seguir.
Quédate, cierra la puerta.
Lánzame contra las cuerdas.
Luego desátame, más de la cuenta.
Déjame, no te arrepientas.
Lánzame contra las cuerdas.
Luego desátame, más de la cuenta.
Déjame, no te arrepientas.
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